Maria Rosa Cardona de cava Rovellats, nos explica que la nieve es muy beneficiosa para las viñas, porque supone una reserva de agua para hacer frente a la temporada de primavera y verano, y también ayuda a evitar las plagas, entre otros beneficios para la viña.
La nieve se filtra mejor que la lluvia, porque empapa primero la tierra que luego volverá a mojarse con el deshielo. Esto prepara la tierra y protege la planta. Por otro lado, evita que insectos y hongos se instalen sobre la corteza de las cepas, y cuando suben las temperaturas, puedan derivar en enfermedades sobre la planta. Gracias a la nieve, pues, los viticultores deberán aplicar menos tratamientos contra los insectos y las plagas.
Además, el frío es beneficioso para que la planta haga bien el proceso vegetativo. Con las temperaturas bajas, la cepa hace la verdadera parada vegetativa, es decir, que la savia deja de circular por la planta, lo que le permite descansar, coger fuerzas y garantiza un buen inicio de ciclo de cara a la primavera. El frío y la nieve retrasarán la brotación y con ello se consigue alejarse también del riesgo de heladas.
Después de las nieves, la planta continuará con su proceso y renacerá en primavera, brotando nuevamente con todas sus fuerzas.
Dependerá del resto del año en la viña para afirmar la calidad de la uva, pero según los viticultores en general, el temporal de nieve y frío beneficia más a la viña en la línea que la cosecha pueda ser de mejor calidad.
(Autora: Maria Rosa Cardona
Cava Rovellats)